La amalgama dental. ¿Qué es una amalgama?
La amalgama dental es un tipo de empaste resultante de la combinación de metales, generalmente mercurio y otro metal, utilizado para reparar las caries por su gran resistencia y durabilidad. Es un material que por su plasticidad puede facilmente adaptarse al tamaño y la forma de la cavidad. Sin embargo, existen tabues y dudas acerca de los posibles efectos indeseados, daños y contraidicaciones por el mercurio presente en las amalgamas dentales, el cual pasando por la boca, se extiende a todo el organismo.
Empastes de amalgama. ¿Cómo se aplica?
Las amalgamas dentales se obtienen por la mezcla del mercurio líquido con otro metal, principalmente plata, estaño, cobre y en menor proporción zinc. Al ser preparada tiene la consistencia de una pasta y se introduce poco a poco ejerciendo presión en la cavidad, que ha sido limpiada y preparada previamente, hasta rellenarla. Si sobra mercurio, éste sube a la superficie y es retirado; la amalgama se solidifica y se va endureciendo poco a poco. El resultado es un empaste sólido que puede durar por muchos años.
Amalgama mercurio. ¿Qué ventajas presenta?
La aplicación de amalgama recupera la forma del molar, se adapta correctamente a las paredes de la cavidad, no de disuelve en los líquidos bucales, es resistente a la abrasión y tiene una gran durabilidad.
Amalgama Dental. ¿Qué efectos produce el mercurio sobre el organismo?
Por mucho tiempo este material ha sido considerado una buena opción para obturar los molares, pero con el paso del tiempo ha ido disminuyendo su utilización por la aparición métodos alternativos –considerados menos nocivos- como las resinas, que no utilizan mercurio, resultan más estéticas y no requieren eliminar la estructura dental.
Amalgamas dentales. El mercurio.
Al colocar los empastes de amalgama se libera vapor de mercurio en una cantidad muy inferior a los límites de exposición permitidos en el trabajo; éstas son son totalmente eficaces y seguras. Sólo están vinculadas a una pequeña proporción de efectos secundarios que pueden producrise en la boca pero no hay pruebas de que provoquen enfermedades con daño permanente o crónico. En casos excepcionales, podría provocar reacciones alérgicas en las encías y en la piel del interior de la boca o dolencias. Por mucho tiempo se ha pensado que podrían dañar los riñones o tener efectos nocivos sobre el sistema nervioso o la salud mental, cosa que los estudios especializados realizados en en poblaciones humanas han descartado por completo. No supone un riesgo más allá de los efectos locales ocasionales.